La formalización del proyecto estuvo condicionada por las características físicas del emplazamiento, en cuanto que se trata de una parcela con una inclinación en sentido norte-sur, delimitada al sur, este y norte por un arroyo y al oeste por una carretera local y por los retiros que exigía las normativas.
En un solar árido y casi sin referencias urbanas, decidimos plantear un esquema en peine apoyando el edificio sobre la calle existente, que vincula al solar con la urbanización a la que sirve. De esta forma todas las aulas quedarían orientadas hacia el sur, que con un sencillo alero se controla la exposición del sol tanto en invierno como en verano.
La pantalla de vegetación situada al oeste, sirve de barrera acústica frente a la carretera cercana y de filtro solar a una de las orientaciones más agresivas.

El edificio se resuelve en planta baja, porque la amplitud del solar lo permite, buscando la horizontalidad, con la intención de trasmitir serenidad en un entorno disgregado. El volumen central de acceso, SUM y comedor son los únicos que emergen de este zócalo domestico, dándole el sentido institucional que todo centro educativo requiere.
La distribución de los espacios esta especialmente cuidada, y le confiere unas altas prestaciones funcionales.

Funcionalmente, el edificio reúne las características requeridas por el programa, como son el acceso a la biblioteca desde el exterior, para posibilitar su utilización en horario extraescolar; la sala de usos múltiples vinculada al comedor, al vestíbulo y al patio interior, para permitir mayor capacidad de la misma en ocasiones puntuales; el comedor equidistante de las zonas de infantil y de primaria y con acceso directo desde cada una de ellas, el acceso de servicio a cocina, almacén y cuartos de instalaciones sin interferir con las circulaciones de alumnos una óptima orientación de todas las aulas.
Como remate del sector de primaria, se plantea el volumen del polideportivo, concebido como un prisma independiente que al situarse en el extremo norte del solar, no arroja sombras a patios ni a estancias y además puede ser usado en horario extraescolar junto con las pistas polideportivas.

Conscientes de las necesidades de ampliación que puede requerir el edificio en el futuro, se concibió un esquema en planta de modo tal que los crecimientos mantuviesen la unidad de criterio general y el orden en la distribución de las áreas funcionales. Esto ha sido posible gracias al esquema en peine, con una espina paralela a la calle de acceso donde se ubican todas las funciones comunes (administración, comedor, sum, servicios) y pabellones paralelos a lo largo de un eje distribuidor que los conecta, a modo de dientes de peine, donde se sitúan las aulas.

Las ampliaciones previstas superan ampliamente las superficies requeridas en pliego y se pueden ejecutar sin interferir con el funcionamiento del colegio. De esta manera se podrían ejecutar dos fases de ampliación, duplicando las aulas actuales en cada una de ellas.

Proyecto: Nuevo Colegio Público Nº 2, de “3 + 6 unidades” / Ubicación: Méntrida, Toledo / Fecha de concurso: 2009. / Fecha del encargo: 2010 / Fases realizadas: Concurso, Proyecto básico y proyecto de ejecución / Superficie: 3.500m2 / Arquitectos: Claudio González – Bettina Koroluk – Mariano Escribano / Promotor: Consejería de Educación, Ciencia y Cultura de la Junta de Castilla La Mancha / Presupuesto de licitación: 4.958.349,86 euros.