Con una pasión arraigada por la arquitectura y su profunda conexión con el bienestar emocional y físico, Bettina Koroluk ha forjado su carrera en el diseño y la conservación del patrimonio edificado. Originaria de Argentina, donde obtuvo su licenciatura en Arquitectura, pronto se sumergió en el mundo de la Restauración y Conservación del Patrimonio, destacándose en la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y el Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires.
Tras su traslado a España en el 2001, su trayectoria se enriqueció con experiencias en reconocidos despachos de arquitectura, especializándose en proyectos de gran envergadura, desde la arquitectura aeroportuaria hasta la residencial. Su compromiso con la excelencia y su interés en la relación entre arquitectura y bienestar la llevó a completar un Máster en Arquitectura y Salud en el 2022.
En el 2014, junto a Claudio González fundó Gokostudio Arquitectura en Sitges, Barcelona, adoptando un enfoque artesanal y de calidad sobre la cantidad. Su estudio se distingue por la priorización de la sostenibilidad, la adaptabilidad a cada cliente y contexto, y la búsqueda constante de la armonía y la eficiencia energética en cada proyecto. Su obra refleja valores como la austeridad y la serenidad, tejiendo un legado arquitectónico que promueve el bienestar en su máxima expresión.
Tienes una amplia y variada carrera como profesional de la arquitectura -e incluso como docente-, en Argentina. ¿Qué diferencias has observado entre trabajar en despachos de arquitectura en Argentina y en España, y cómo has integrado estas experiencias en tu propia práctica?
El ejercicio profesional tiene un desarrollo “teórico” bastante similar en ambos países. Sin embargo, en Argentina casi todo es más improvisado: desde la propia definición del proyecto, hasta el contexto político económico que impacta en la marcha de todas las actividades. Esto obliga a los arquitectos a estar desproporcionadamente vigilantes durante toda la obra. Aunque aquí desarrollamos los proyectos con un alto grado de detalle, también surgen contratiempos, sobre todo por la manufactura artesana que viene implícita en la práctica constructiva. Haber dado los primeros pasos en Argentina fue una buena «escuela» que me preparó especialmente para los imprevistos.
¿Qué te atrajo específicamente hacia la especialización en arquitectura de transporte, como en el caso de los aeropuertos, y cómo crees que esta experiencia influyó en tu desarrollo profesional?
Mientras cursaba la carrera de Arquitectura, jamás imaginé que tendría la oportunidad de colaborar en proyectos de terminales aeroportuarias. Pero llegué a España en plena expansión de Aena, con su programa de reconversión, renovación y ampliación de aeropuertos comerciales y esto me dio la oportunidad de trabajar en este tipo de proyectos durante 5 años.
En proyectos de tan gran envergadura participa un equipo interdisciplinar verdaderamente amplio, y el cliente no es uno, sino decenas (desde la propia Aena, hasta el usuario final -viajero- pasando por las propias aeronaves, tiendas comerciales, controles internacionales, equipajes extraviados, policía, y un largo etcétera) y todos tienen exigencias importantes para el edificio (y por tanto para el Arquitecto que lo diseña). Colaborar en este tipo de encargos, me permitió aprender a entender miradas profesionales muy diferentes a las de un arquitecto. Esto fue lo verdaderamente enriquecedor. Me preparó para mucho de lo que vino después.
«Haber dado los primeros pasos en Argentina fue una buena escuela que me preparó especialmente para los imprevistos»
¿Qué te motivó a fundar Gokostudio Arquitectura?
Siempre tuve la ilusión de tener mi propio despacho. Al trasladarme a España, esto se demoró: era necesario homologar el título de Arquitecta. Pero es positivo que así fuera. Los años que dediqué a convalidar el título me sirvieron para adquirir experiencia local y aprender como se trabaja aquí, con todos sus matices específicos. Trabajando en Métrica, conocí a Claudio González, con quien formamos un tándem perfecto: la coincidencia de valores y las diferencias en la forma de encarar los problemas aporta un valor añadido a los proyectos.
Y, ¿cuál es la filosofía y los valores fundamentales que guían el trabajo de tu despacho?
Cuando fundamos Gokostudio, teníamos claro que nos interesaría estar siempre vinculados a los proyectos que nos encargaran, y esto nos llevó a planear una estructura de pequeño formato: preferimos la calidad a la cantidad, y damos prioridad a la excelencia de todo el proceso.
Cada cliente y cada sitio es diferente, por lo que a su vez cada edificio debería serlo. Esta es la razón por la que tenemos un «enfoque» en lugar de un estilo, y la sostenibilidad sustenta todo lo que hacemos.
Nuestro objetivo es crear edificios lujosos, que para nosotros no es la ostentación de materiales y formas, sino esa piel erizada y ese nudo en la garganta que sentimos cuando apreciamos y participamos de algo bello. Los valores que compartimos: austeridad, serenidad, precisión, humildad, equilibrio, armonía, sostenibilidad, orden, contención e ingenio inspiran y tiñen la obra de nuestro estudio.
«Preferimos la calidad a la cantidad, y damos prioridad a la excelencia de todo el proceso»
¿Cuáles consideras que son los principales desafíos y consideraciones al diseñar proyectos de arquitectura residencial, tanto plurifamiliares como unifamiliares, con un enfoque en la rehabilitación y reconcepción para nuevos usos?
En este punto he de decir, que la pelota está en el campo de juego de las administraciones públicas. Tanto en lo que atañe a la rehabilitación, como al diseño de arquitectura residencial. Hace 20 años, cuando me licencié, lo habitual era aprovechar edificios antiguos, siempre que tuvieran cierto valor artístico. Hoy día:
Entonces ¿por qué no rehabilitar los edificios que tenemos, incluso aunque no tengan valor patrimonial?
En este sentido, urge que las administraciones públicas impulsen políticas que incentiven la conservación, rehabilitación y transformación. Se podrían encajar muchos programas funcionales de viviendas (de todo tipo) si se fomentara el aprovechamiento de contenedores existentes, con ayudas económicas, procedimientos administrativos más fluidos y normativas más flexibles que facilite su reconversión. Y esto me lleva al siguiente punto.
Es necesario dar respuesta al acuciante problema de la falta de vivienda. En todas las grandes ciudades de España tenemos un déficit habitacional alarmante. Y urge también revisar las necesidades de los usuarios. El producto que conseguimos con la normativa que tenemos, ¿es la vivienda que la gente necesita?
Las casas que diseñamos (según la normativa vigente), perpetúan una forma de vivir pasada, de casi medio siglo atrás, momento en que esas normas fueron redactadas. Pero los modos de vivir y habitar van cambiando y existe una creciente minoría cuyas vidas son muy diferentes a las de sus padres o abuelos.
La vida cambia y seguimos insistiendo en los mismos valores de siempre. La vida cambia y seguimos diseñando y construyendo las mismas casas de siempre.
No podemos seguir diseñando para las familias de nuestros abuelos, pero para superar este obstáculo es imprescindible que las administraciones públicas revisen y flexibilicen la normativa de habitabilidad, para proporcionarnos el soporte que nos permita echar a andar la creatividad, y diseñar casas «abiertas al cambio», «flexibles», «versátiles», capaces de satisfacer necesidades de la nueva realidad social, Y esto abarca desde familias tradicionales, hasta estructuras de coliving temporales, pasando por un sinfín de formatos familiares en sus modelos de convivencia, que van en notable aumento.
Sé que no es tarea fácil: es un desafío gordo diseñar normativa para evitar la especulación, y articularlo en procedimientos equilibrados. Pero en esto reside probablemente el mayor desafío.
«La vida cambia y seguimos insistiendo en los mismos valores de siempre»
¿Puedes compartir algún proyecto (o varios) destacado en el que hayas trabajado que te haya marcado especialmente y por qué?
Gokostudio nació con dos proyectos que ganamos en concurso público. No fueron precisamente de arquitectura residencial (que es una de las tipologías en las que nos hemos convertido en especialistas), pero fueron dos proyectos verdaderamente importantes en nuestra carrera profesional. Se trataba de colegios de enseñanza primaria en la provincia de Toledo, y recuerdo las altas dosis de verdad, humor y energía que derrochamos en hacerlos. No es que el resto de proyectos carezcan de entusiasmo, pero estos en particular, estaban tocados por la varita mágica, por ser los primeros del despacho, y recibir la fiebre del enamoramiento propia de todos los inicios, que inevitablemente se pierde o se contamina con los problemas y la rutina en las empresas (y relaciones) de largo recorrido.
Además, nos sentíamos de los más afortunados del país, ya que estos proyectos coincidieron con una de las épocas más críticas del sector (2009 – 2014), cuando el 60% del colectivo estaba en paro.
Dentro del marco de la arquitectura residencial, podría destacar Villa Luisa: Una casa de principios del siglo XX, de valor patrimonial y paisajístico, donde el reto consistió en encontrar el equilibrio entre el clasicismo y lo contemporáneo. Fue especialmente interesante, porque es un proyecto donde hubo un poco de todo: rehabilitación, ampliación, diseño interior. Y vaya casualidad: otra vez, coincidió con una época de crisis del sector ya que la obra se llevó a cabo en simultáneo con el confinamiento por la COVID.
Villa Luisa
¿Qué proyectos estás desarrollando actualmente y qué destacarías de ellos?
Últimamente estamos trabajando más con proyectos privados. Cada vez es más difícil acceder a los concursos públicos. Actualmente, en la cocina de Gokostudio, se están horneando dos viviendas unifamiliares de obra nueva en el conurbano barcelonés, dos reformas integrales en la ciudad condal, dos rehabilitaciones y ampliaciones integrales (también de uso residencial/mixto) y un hotel en el sur de Argentina.
Por nuestro habitual entusiasmo, disfrutamos de todo lo que hacemos. Saltamos de una escala a otra sin demasiados problemas. Y en todos siempre están presentes tres pilares esenciales: sorpresa, emoción y generosidad. A nuestro entender, la arquitectura no se puede concebir como una máquina de rendimiento efectivo a corto plazo. El espacio, el aire, la luz, son intangibles que juegan un papel crucial.
¿Cómo describirías la importancia de la relación entre la arquitectura y el bienestar físico y emocional, y cómo influye esta perspectiva en tu enfoque profesional?
Salud no es solo lo que comemos: es lo que vemos, lo que escuchamos, lo que leemos, las personas con las que nos relacionamos y los espacios que habitamos. El entorno que nos rodea incide directamente sobre nuestra salud, ¿Cuánto? Según estadísticas de Sanidad, un 19%. Entonces, ¿por qué no empezar a pensar a pensar cómo queremos sentirnos en nuestras casas y espacios de trabajo.
Haciéndonos eco de estos datos estadísticos sobre el impacto del espacio en el bienestar de sus ocupantes, diseñamos una arquitectura que colabore con el desarrollo holístico del ser humano, desde los primeros bocetos. Sobre todo porque en Gokostudio estamos muy focalizados en Arquitectura de larga estancia: viviendas, hoteles, oficinas, escuelas, en definitiva sitios donde pasamos más de 8 horas… y es imprescindible no perder de vista el impacto que generarán estos espacios en el bienestar físico y emocional de sus ocupantes.
«Diseñamos una arquitectura que colabore con el desarrollo holístico del ser humano»
¿Cómo trabajas para promover la salud física y emocional de los ocupantes a través del diseño de espacios?
Podría resumir diciendo que las disciplinas que más nos ayudan en el diseño de espacios «sanos» son: la Arquitectura bioclimática, la bioconstrucción y la neuroarquitectura (o psicología ambiental).
Cuando se trata de una obra nueva, para las dos primeras fases: 1) Implantación del edificio y 2) diseño del volumen, casi seguimos al pie de la letra los criterios de la Arquitectura bioclimática: Clima, ruido, contaminación del aire exterior, sombras de edificios cercanos, geología, topografía, hidrografía, paso de instalaciones urbanas de alta tensión, son algunos de los elementos a tener en cuenta para diseñar una buena implantación del nuevo edificio. Mientras que orientación, composición de volúmenes, grado de compacidad del edificio, son los elementos con los que podemos diseñar nuestro edificio en su definición volumétrica y formal.
Para la elección de sistemas constructivos y materiales de acabados, así como para el diseño de instalaciones, echamos mano de las pautas de la bioconstrucción, para evitar contaminación biológica, química y electrostática. Y la neuroquitectura (o psicología ambiental) está presente de forma tangencial en todas las fases, e incluso en la definición del interiorismo,
En cualquier caso, ningún criterio se aplica de forma lineal. El diseño es un proceso de ida y vuelta, y durante todo el desarrollo del proyecto, se interrelaciones y sopesan todas estas pautas con los listados de requerimientos específicos del cliente, que es quien está en el centro del diseño.
¿Cómo crees que la sostenibilidad puede ser una oportunidad para mejorar la calidad de vida en las comunidades a través del diseño arquitectónico?
La crisis climática nos ayudó a revisar algunos conceptos del «saber tradicional ancestral» en aras de la sostenibilidad. Y con esto quiero hacer especial hincapié en la Arquitectura bioclimática: afortunadamente aún no hemos de pagar por diseñar aprovechando los recursos naturales como el sol, el viento, la lluvia o la vegetación, y este es uno de los primeros criterios que debemos tener en cuenta la hora de diseñar, si queremos conseguir edificios menos agresivos con la naturaleza.
Arquitectura bioclimática y bioconstrucción están muy alineadas con la sostenibilidad. Y tal vez son términos que suenan nuevos en las generaciones más jóvenes, pero sus criterios responden a la forma tradicional de construir, antes de la los avances de la tecnología industrial (hierro y hormigón).
Estas pautas estratégicas, son aplicables en varias fases del diseño, desde la implantación de la edificación en el solar, pasando por el diseño del volumen y la forma, el diseño de la envolvente, el diseño del sistema constructivo, el diseño de instalaciones, hasta la elección de materiales.
«La crisis climática nos ayudó a revisar algunos conceptos del «saber tradicional ancestral» en aras de la sostenibilidad»
¿Cómo integras los principios de sostenibilidad y eficiencia energética en tus diseños de arquitectura residencial, especialmente en contextos de rehabilitación y reconversión?
Medidas pasivas aplicadas en la mejora de la envolvente y medidas activas como renovación de instalaciones obsoletas por alternativas más eficientes (como la aerotermia, geotermia), sumadas a la generación de energía renovable (placas fotovoltaicas), son tres de los recursos más utilizados para mejorar la eficiencia energética en contextos de rehabilitación y reconversión.
Ayudas como las del programa «next generation», dan el empujón final para que los usuarios se animen a llevar a cabo estas inversiones. En cuanto a la sostenibilidad, elegimos materiales naturales (no derivados del petróleo) y kilómetro cero (o casi), reduciendo así la huella medioambiental, a la vez que generamos espacios saludables.
¿Cuál es tu opinión sobre el papel de la arquitectura residencial en la promoción de comunidades sostenibles y resilientes, y cómo abordas este aspecto en tus proyectos?
Se han proyectado y construido millones de viviendas cuyo fin no era mejorar la vida de sus futuros habitantes, sino tan solo lograr el máximo lucro de sus promotores.
Espero que la entrada de comunidades sostenibles y resilientes en el terreno de juego, ayude a devolver el sentido a la arquitectura: entendiéndola ante todo como un medio destinado a lograr (o colaborar) en el desarrollo personal y social de las personas que harán uso de ella.
Los diferentes másteres que has cursado te han proporcionado amplios conocimientos y te han permitido abarcar muchas áreas. ¿Qué aspectos crees que deberían ser prioritarios en la formación de los arquitectos para abordar los desafíos actuales y futuros de la profesión?
En verano de 2023, a propósito del Congreso Mundial de Arquitectura que se celebrará en Barcelona en 2026, participamos en debates alrededor de este asunto. Y sin duda concluimos que la Universidad debe mantenerse en su empeño por enseñar Arquitectura con mayúsculas. Con esto quiero decir, enseñar conocimientos, y fomentar el espíritu crítico, sin olvidar el foco humanitario de esta profesión: principios éticos fundamentales como la belleza, la justicia o el bien. Una vez acabada la carrera, centros de formación privada (y también públicos) ya se ocupan de ofrecer una amplia oferta de máster y especializaciones sobre el campo que cada uno decida elegir.
Si el fin de la Universidad fuera tan solo el de formar los perfiles profesionales que demandan las grandes corporaciones, o el mercado neoliberal imperante, entonces, quizá debería dejar de ser pública, gratuita y obligatoria. Aunque no ejerzo como docente en la Universidad, creo que afortunadamente en España, no corremos este riesgo. Tengo la impresión que la Universidad Pública en España goza de buena salud en este aspecto.
«la Universidad debe mantenerse en su empeño por enseñar Arquitectura con mayúsculas»
¿Cómo ves el futuro de la Arquitectura en España?
No soy muy optimista en relación con el futuro de la creatividad, especialmente si continúa este clima neoliberal de rendimiento cortoplacista, que nos pone en feroz competencia entre los profesionales.
¿Algo que no te guste de tu profesión?
Da mucha pena e impotencia ver cómo la burocracia es extremadamente eficaz para detener la marcha de cualquier proyecto: si quieres que algo no funcione, pero que parezca que sí lo hace, ahógalo en papeles y haz creer al sujeto que rellena formularios que con ello está transformando la realidad.
Y esto es extensible a nuestra profesión: los arquitectos pasamos gran parte de nuestra jornada rellenando papeles… y encontramos escasa receptividad en las administraciones públicas que han de atenderlos.
¿Cómo crees que la inteligencia artificial puede influir en el proceso de diseño arquitectónico en el futuro? ¿Puede ayudar de alguna manera a que sea más saludable para las personas?
Para un buen uso de la inteligencia artificial, es necesaria una base de datos seria, fundamentada en investigaciones minuciosas. Y al menos en España, estamos lejos de tenerla. No sé el tiempo que nos llevará conseguirlo, pero llegará, sin duda. Y entonces podremos hacer buen (y también mal) uso de la inteligencia artificial.
Si te preguntamos por referentes femeninos dentro de tu profesión, ¿qué mujeres arquitectas (de cualquier ámbito) te han marcado o inspirado?
Me gustaría destacar profesionales a las que he tenido la suerte de conocer en persona cuando aterricé en España. Una de ellas es Carmen Espegel, quien evaluó el trabajo fin de carrera que hice en la complutense de Madrid para homologar el título en España. Aunque tiene una amplia trayectoria como proyectista, he tenido la suerte de conocerla en su rol académico, y destaco especialmente este aspecto profesional de su carrera.
Otra mujer arquitecta que me inspira especialmente es Carme Pinós, Sus proyectos, por grandes que sean nunca olvidan la escala humana, ni son tentados por el reverso tenebroso de las corrientes de masas. Encuentro que su capacidad artística y su pericia, le permiten superar las exigencias del mercado neoliberal y «regalarnos espacios» con una especial capacidad para emocionar. ¿Será por esto que ha ganado el premio nacional de Arquitectura 2021?
En el Master sobre Arquitectura Sana que hice hace un par de años, conocí a Ana Mombiedro, aquí ya estoy hablando de una mujer de la nueva generación. Su labor investigadora y docente, en el campo de la neuropsicología y percepción (como disciplinas de apoyo a la arquitectura) bien le valen la tercera o cuarta edición de su libro: Neuroarqutiectura, aprendiendo a través del espacio. Y sus investigaciones son de gran ayuda para los que tenemos especial interés en estas áreas.