A menudo, en las primeras conversaciones que tenemos sobre viviendas de nueva construcción, nos decís que os interesa que vuestra vivienda sea Passivhaus. Es normal: las PASSIVHAUS están de moda. En nuestro entorno inmediato tener el certificado de diseñadores PASSIVHAUS, es garantía de trabajo.
La mayoría de vosotros sabéis bastante bien cuales son los beneficios de construir una casa PASSIVHAUS (es lo que venden quienes la promueven) pero la inmensa mayoría, desconoce que existen otras estrategias y conceptos (mucho más antiguos y económicos) que os servirían no solo en vuestros objetivos de eficiencia energética, sino que os garantizará que vuestra casa sea RENOVABLE, SOSTENIBLE, ECOLOGICA, CONTRIBUYENDO a la SALUD DEL PLANETA, y de sus OCUPANTES.
VAMOS AL LÍO.
PASSIVHAUS, es un estándar de certificación energética alemana. Y los edificios que ostentan este certificado, ofrecen la garantía de gozar de un excelente aislamiento, carecer de puentes térmicos, y contar con un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor, que garantiza una óptima ventilación con pocas pérdidas de calor.
Estas “características” o “prestaciones” son sumamente valoradas en países de climas fríos, porque garantizan confort con alta eficiencia energética.
Pero nos gustaría ir un poco más allá, e incorporar algunos otros conceptos y estrategias de un «saber tradicional ancestral», con el que podemos aspirar a que nuestra casa tenga muchas más ventajas que la eficiencia energética.
Sin ánimo de echar por tierra la certificación PASSIVHAUS y sus características, nos parece sustancial señalar su importancia en nuestro clima mediterráneo, para sopesar que rasgos de este sistema constructivo son altamente recomendables, y cuáles son prescindibles; sobre todo si quieres cancelar algunos costes, o poner el foco en otras particularidades, para nosotros aún más importantes.
Vaya por delante que defendemos a capa y espada construir con criterios de ARQUITECTURA PASIVA. Es decir, hacer una arquitectura centrada en la idea de eficiencia energética, implementando estrategias para que el edificio no precise activar ningún sistema artificial para conseguir confort. Pero antes de decidir espesores de aislamientos y sistemas de ventilación mecánica (entre otros) merece la pena echar un vistazo a los criterios de la ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA, que serán de gran ayuda para nuestros objetivos de casa pasiva, y ahorrando en costes de materiales y tecnologías. Afortunadamente aún no hemos de pagar por diseñar aprovechando los recursos naturales como el sol, el viento, la lluvia o la vegetación.
ACLARANDO CONCEPTOS.
Mientras la ARQUITECTURA PASIVA se centra esencialmente en la idea de eficiencia energética y de las estrategias llevadas a cabo para que el edificio no precise de aporte activo de energía para su uso y funcionamiento, la ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA se centra más bien en el PROCESO DE DISEÑO DEL EDIFICIO, aprovechando de la forma más óptima los RECURSOS NATURALES, para lo que estudia en profundidad las condiciones climáticas y los materiales locales.
Cuando hacemos ARQUITECTUA BIOCLMÁTICA, añadimos el prefijo “bio”, lo que implica que la construcción será acorde a la biología del entorno, con pocas o ninguna incorporación de materiales derivados del petróleo, y por tanto SANA Y NATURAL para el entorno y sus ocupantes.
ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA
El principal aspecto de la arquitectura bioclimática, es el MÁXIMO APROVECHAMIENTO DE LOS RECURSOS NATURALES, tales como el sol, la vegetación, la lluvia, el viento, lo que repercute en un menor impacto ambiental, y mayor integración del edificio en el paisaje natural, dando como resultados edificios visualmente menos agresivos.
Como consecuencia del aprovechamiento de los recursos naturales y la optimización del entorno, se consiguen SOLUCIONES PASIVAS DE AHORRO ENERGÉTICO, siendo éste uno de los factores clave de la ARQUITECTURA SOSTENIBLE.
PAUTAS ESTRATÉGICAS PARA UN DISEÑO BIOCLIMÁTICO.
Estas pautas estratégicas, son aplicables en varias fases del diseño, desde la implantación de la edificación en el solar, pasando por el diseño del volumen y la forma, el diseño de la envolvente, el diseño del sistema constructivo, el diseño de instalaciones, hasta la elección de materiales.
Como aplicar las pautas estratégicas en cada fase del diseño.
FASE 1. «LA IMPLANTACION»
Atendamos la curva que hace el sol en su recorrido, según sea el mes del año.
Como segunda premisa, hemos de saber que el terreno natural, (sin pavimentar incluso sin compactar) cuenta con una baja inercia térmica, capaz de absorber las emisiones de dióxido de carbono producidas por las activas humanas. Al tratarse de un material poroso, acumula la humedad, evaporándose progresivamente durante el día, cuando las temperaturas ascienden. Reservar espacio libre en el solar, influirá en el confort de la vivienda, evitando el efecto “isla de calor” tan propio de grandes urbes.
A esto habrá que añadir, la necesidad de control visual del interior al exterior (para seguridad emocional de sus ocupantes), y vistas protegidas desde la vía pública, para dar privacidad a los moradores. Hemos de decir que este concepto tiene más relación con la neuroarquitectura que con el diseño bioclimático, pero es en esta fase de diseño cuando hay que ponerlo sobre la mesa.
ESTUDIO DE IMPLANTACION DE UNA VIVIENDA (en un solar estándar)
FASE 2. «DISEÑANDO EL VOLUMEN Y LA FORMA»
Nuestro trabajo como arquitectos, se centra en diseñar obras nuevas, ampliaciones y reformas.
Nuestro objetivo es hacer edificios tan sostenibles y sanos como el cliente y el presupuesto nos permita. Y claro que muchos de estos objetivos se consiguen diseñando correctamente el sistema constructivo y eligiendo envolventes que colaboren con este fin. La tecnología puede hacer grandes aportaciones, pero lo primero es el diseño del volumen y la forma del edificio. Y sabemos que estas decisiones hacen grandes aportaciones al resultado final. Y aunque no se puede generalizar (a veces hay terrenos muy complejos) normalmente cuesta el mismo dinero, implantar el edificio en una zona de la parcela, que en otra.
A la hora de diseñar el volumen y la forma, hay algunos conceptos, que estructurados en forma de interrogantes, pueden ser pautas imprescindibles en nuestras hoja de ruta del diseño.
Todos parten de la premisa, que el sol y el viento, son dos elementos naturales inagotables, y toca saber usarlos.
Dimensión, proporción, compacidad.
¿Cuál es la profundidad justa de nuestro volumen?
Un volumen demasiado profundo, dificulta la iluminación natural de las zonas centrales.
¿Cómo de compacto ha de ser nuestro edificio?
A mayor compacidad menor superficie de contacto con el exterior (ventajas térmicas), pero hemos de encontrar el equilibrio justo entre eficiencia energética y economía versus vistas y luz natural.
¿Cómo de grandes han de ser los vanos en fachada?
Estudiemos el diseño del edificio y sus vanos, probando volúmenes de diferentes tamaños y orientaciones, para obtener visuales atractivas desde diferentes puntos del edificio.
Y una vez que lo tenemos, diseñemos el tamaño de los vanos, en simultáneo con el resto de elementos constructivos (pérgolas, porches, etc)
Una vez que tenemos el volumen y la forma,
FASE 3. «SISTEMA CONSTRUCTIVO»
3.1. COMO DISEÑAR LA ENVOLVENTE CON CRITERIOS BIOCLIMÁTICOS?»
La envolvente de la construcción es todo lo que la envuelve. También las caras que no se ven (cimentación / forjado / suelo) o que se ven poco (cubierta)
En el momento de diseñar los detalles constructivos que conformarán la envolvente “oculta” de nuestro edificio, hay dos factores importantes a tener en cuenta, que no solo ayudarán a la eficiencia, sino que repercutirán en la salud de sus moradores.
Para la envolvente vista (la piel), hemos de tener en cuenta conceptos de aislamiento e inercia térmica.
3.2. QUE OTROS RECURSOS COMPLEMENTARIOS NOS APORTA EL SISTEMA CONSTRUCTIVO?
A veces, por condicionantes del terreno, la normativa, etc., no conseguimos aprovechar al máximo los recursos naturales.
En esos casos, será necesario complementar o reforzar con sistemas constructivos y/o elección de materiales, las cuestiones irresueltas (o inconclusas) del diseño conseguido.
Aportaciones que conseguimos con “sistemas constructivos acertados” y “correcta elección de materiales” y que ayudarán a un diseño bioclimático:
PROTECCIONES SOLARES como porches, aleros, lamas horizontales regulables, pérgolas, screen exteriores, textiles interiores, que se elegirán según orientación, y sombras que genere las edificaciones próximas propias o vecinas.
EL COLOR DE LA FACHADA, los colores claros, absorben menos energía que los oscuros, esta es la razón del porque el color blanco está tan presente en la arquitectura mediterránea, y el negro en la arquitectura escandinava.
LA ELECCION DE MATERIALES CON ALTA INERCIA TÉRMICA.
La inercia térmica es la capacidad de ciertos elementos constructivos para almacenar calor, conservarlo y liberarlo progresivamente. El elemento natural de mayor calor específico es el agua, aunque, por norma general, los líquidos no son utilizados como materiales constructivos. Por esta razón, las cubiertas ajardinadas (formadas por tierra vegetal con gran contenido de agua)son una alternativa que garantiza alta inercia térmica
GARANTIZAR UN CORRECTO AISLAMIENTO TÉRMICO resulta fundamental en el diseño de la arquitectura bioclimática. Las características a tener en cuenta a la hora de medir la capacidad aislante, son
LA INCORPORACION DE LA VEGETACIÓN.
El uso de vegetación en los edificios mejora la calidad de los espacios en su interior y exterior mitigando el efecto de isla de calor y equilibrando las condiciones climáticas, a la vez que contribuyen a la creación de espacios más saludables. Pero es importante conocer las características de la vegetación elegida a la hora de hacer el diseño del jardín o terrazas.
3.3. PORQUE ELEGIR MATERIALES LOCALES ALINEADOS CON LA BIOCONTRUCCIÓN?»
El prefijo bio, incorpora el concepto de biología. Esto significa elegir los materiales y acabados, bajo bajo el paragüas de la salud: es decir, materiales que generen espacios saludables y por tanto que no desprendan contaminantes químicos (derivados del petróleo), reduciendo así, la huella medioambiental. Algunos de los materiales que cumplen con estos criterios son: corcho, lana de oveja, fibra de madera, celulosa, algodón reciclado, algas marinas, fibra de lino…
Y las razones prinicpales de esta elección son:
1. que las condiciones del ambiente interior sean saludables para las personas que los habitan
2. que la actividad constructiva, deje de producir daños al medio natural, en el porcentaje que lo está haciendo.
NOTA.
Para ilustrar los conceptos expuestos, se han usado croquis de un proyecto piloto desarrollado en el esudio.
Los conceptos explicados están adaptados a un clima mediterráneo del hemisferio norte donde vivimos, diseñamos y construimos.
El clima mediterráneo se caracteriza por temperaturas que rondan los 20ºC, con inviernos templados y lluviosos, y veranos calurosos y secos.
En el hemisferio norte, la captación solar se realiza orientándonos al sur. Para edificios ubicados en el hemisferio sur, la captación solar se realiza al norte.
Para aplicar conceptos de arquitectura bioclimática en otros climas, se deberán estudiar las condiciones locales.
GOKOSTUDIO
Cuando aplicamos todos estos criterios bioclimáticos arriba comentados, los trasponemos inevitablemente con nuestros anhelos de crear edificios energéticamente eficientes, pero también HERMOSOS y que PROMUEVAN la SALUD FÍSICA y EMOCIONAL de quienes los ocupan. En encontrar este equilibrio entre belleza, confort eficiencia y funcionalidad ponemos nuestro máximo empeño.