Un refrán reza: «El que quiere hacer algo encuentra la manera, y el que no, encuentra las excusas». Siguiéndolo al pie de la letra, la celebración del cumpleaños de un amigo ha sido el vehículo perfecto para ausentarnos un par de días de nuestras ajetreadas tareas cotidianas y darnos cita en uno de los eventos más importantes de la comunidad arquitectónica: la Biennale di Architettura di Venezia.
A pesar de las expectativas y la ilusión, el primer día fue un poco frustrante. Salimos de «I Giardini Publici», preguntándonos: ¿Esta Bienal va realmente de Arquitectura? Los pabellones nacionales en los jardines públicos, alojados en edificios construidos en la segunda mitad del siglo pasado, acogen a países como Francia, Alemania, Japón, España, Reino Unido, Finlandia, Noruega/Suecia… Algunos de ellos merecen una visita por su arquitectura, independientemente del contenido de la muestra.
En el pabellón de la librería Electa, diseñado por James F. Stirling en 1991, nos fascinó cómo incorpora la luz natural en el interior.
Pabellón de la librería Electa
Encontramos que algunas propuestas de los pabellones nacionales tienen un cierto atractivo «artístico», pero en la mayoría, echamos en falta un enfoque más directo en Arquitectura. Muchos países europeos articulan su exposición a modo de denuncia: Alemania sobre la cantidad de residuos en la construcción con con un título que reza «Open for Maintenance»
Pabellón de Alemania: Open for maintenence.
Denuncia sobre el despilfarro de energía para que los alimentos se produzcan, mantengan y viajen hasta los consumidores (España).
Denuncia sobre la crisis de refugiados, a través de cinco obras de inmigrantes en Reino Unido. Por cierto, algunas de ellas muy interesantes…
Muestra pabellón Reino unido
Coincidimos con todos estos países, que en el sector de la Arquitectura (construcción), llevamos mucho tiempo haciendo unas cuantas cosas bastante mal, y que estos encuentros mundiales, y “no comerciales” son el sitio perfecto para promover el debate y la reflexión. Pero nos hubiera encantado encontrar estas críticas acompañadas de una propuesta constructiva sobre cuál debería ser el camino que ha de seguir la arquitectura en países tan industrializados y densos como los europeos.
Estoy segura que en Europa hay muchas propuestas de arquitectura (apenas estrenadas o en proceso de diseño) dignas de mostrarse que serían capaces de articular un discurso en torno a la arquitectura. Y me resisto a pensar que la Arquitectura solo es un monstruo que destruye el planeta y produce mala conciencia.
Por fortuna, el segundo día fue una grata sorpresa con buen diseño expositivo y relatos arquitectónicos interesantes.
Sevince Bayrak y Oral Göktas, del estudio So? Architecture and Ideas, fueron seleccionados como curadores del pabellón de Turquía. Bajo el nombre «Ghost Stories: Carrier Bag Theory of Architecture», mostraron cómo los arquitectos podemos transformar edificios en lugar de demolerlos, revelando propuestas esperanzadoras para el futuro.
Desde luego este tema nos interesa especialmente, por lo que significa reutilizar contenedores arquitectónicos existentes, desde el punto de vista del aprovechamiento de recursos, y por abordar el problema contemporáneo de la construcción histórica amenazada por la obsolescencia. Pero es que, además, el montaje y la narrativa, están especialmente bien diseñados e hilvanados.
Mucha bibliografía acompaña con solvencia técnica, y los ejemplos de la muestra van desde pequeñas construcciones, hasta otras de escala urbana.
El pabellón de Argentina, en sintonía con el tema planteado por el título de la Biennal “el laboratorio del futuro” reflexiona sobre “el futuro del agua” como recurso imprescindible para la vida del hombre, y su relación e impacto con la arquitectura.
Veinte términos relacionados con el agua, ofrecen un pantallazo de fotografías de Arquitectura argentina, poniendo de manifiesto la relación entre el agua potable y las disciplinas arquitectónicas y urbanísticas, y promoviendo una reflexión sobre acciones futuras.
En nuestra opinión, la estrella de la muestra podría ser China, que bajo el tema “Renovación: una narrativa simbiótica”, y con una estética muy sugerente, presenta 40 tótems iluminados (blancos y rojos) que destacan en un espacio industrial en penumbras. Y a través de ellos nos cuenta el desarrollo urbano y rural del país a través de maquetas y fotografías.
La muestra ofrece una retrospectiva a los 40 años de urbanización de Shangai, donde se produjo una paradoja fascinante y poco común: la población aumentó de 11 a 25 millones, y a la vez, el espacio libre per cápita aumento de 4,5 a 37,4.
La propuesta china cuenta esta evolución, a través de intervenciones urbanísticas en la ciudad de Shangai, bien narradas y con material de soporte estupendamente construido.
Pabellón china: “Renovación: una narrativa simbiótica”
Otra exposición que nos encantó fue el conjunto de proyectos impresionantes de Adjaye Associates: el que más nos emocionó es el pabellón triangular que se alza en las afueras del recinto histórico del Arsenale. Un prisma triangular, que genera un cautivador juego de luces y sombras, que envuelve el espacio en una serena atmósfera forestal, y permite ver el canal a través de los intrincados intersticios de madera.
La instalación no solo ofrece un espacio para la contemplación y el descanso, sino que también sirve como un espacio versátil para eventos y reuniones con los más diversos propósitos.
David Adjaye presenta “The kwaee” en la Biennale di Architectura di Venezia.
David Ajaye presenta “The kwaee” en la Biennale di Architectura di Venezia.
Sean cuales sean las cuestiones sociales, políticas o morales que se quieran abordar, creemos que la forma de mostrarlas en un Bienal de Arquitectura, debería ser con Arquitectura.
La Bienal de Venecia se ha forjado a lo largo de los años una posición inigualable, como primer encuentro mundial de arquitectura. Deseamos con el corazón que dentro de dos años se puedan ver más obras de arquitectura que no conviertan el evento en una cosa distinta.
En nuestros planes está, encontrar una excusa que en un par de años nos traslade otra vez hasta allí. Tenemos que ver como evoluciona nuestra querida Biennale. ¡Y por supuesto, visitar Venecia siempre resulta un placer!
¡Hasta la próxima Venezia!